La práctica de ocultar pinturas en los bordes de libros fue muy popular desde 1650 hasta finales de 1800. El principio consistía en ocultar una pequeña parte de la obra en el borde de cada página; así, cuando el libro estaba cerrado no era apreciable pero aparecía al doblar las páginas suavemente. Algunos libros esconden incluso tres pinturas, una cuando las páginas se pliegan en cada dirección, otra cuando están dobladas hacia atrás y la última directamente sobre la oblea.
Podemos ver un ejemplo en el borde delantero de esta copia del Paraíso perdido de Milton publicada en Londres en 1805 en este vídeo CC BY-NC-SA: y comprobamos cómo estas obras de arte también pueden estar completamente ocultas bajo una capa de oro, y aparecer "milagrosamente" sólo cuando las páginas se abren en abanico.
Si deseáis ampliar la información sobre este tema, os dejo el enlace a un interesante vídeo de Phillip Pirages, un especialista en libros antiguos y manuscritos medievales.
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